La forma que tiene la autora de reflexionar sobre la explotación de las mujeres en el campo nos hace ver el gran problema al que nos enfrentamos. Al no ser un problema que nos afecte directamente no solemos tenerlo en cuenta y no buscamos luchar contra este. Gracias a esta entrada del blog he podido informarme acerca del tema y estar mas concienciada de los problemas a los que se enfrentan estas trabajadoras.
La forma que tiene la autora de reflexionar sobre la explotación de las mujeres en el campo nos hace ver el gran problema al que nos enfrentamos. Al no ser un problema que nos afecte directamente no solemos tenerlo en cuenta y no buscamos luchar contra este. Gracias a esta entrada del blog he podido informarme acerca del tema y estar más concienciada de los problemas a los que se enfrentan estas trabajadoras.
Adentrándome en el comentario del blog me ha dolido leer la realidad de muchas mujeres extranjeras de hoy en día . La sobreexplotación que sufren las mujeres en otros países al intentar solo buscarse una vida mejor es muy humillante , y por desgracia es un problema actual del día a día y que sigue vigente.Debemos de hacer justicia por todas aquellas personas que trabajan en negro y no son reconocidas dignamente por la sociedad.La sociedad en este sentido también es hipócrita porque dice que todos los trabajos son dignos y a la hora de la verdad , cierran los ojos ante situaciones tan denigrantes. Al final estas personas son las que te ofrecen un plato de comida cuando a ellas muchas veces también les falta y porque nadie merece vivir trabajando como un esclavo en el siglo XXI.
Sinceramente, nunca me había percatado del nivel de explotación que puede haber en diversos trabajos, pero este artículo me ha hecho pensar el como las personas, en este caso las mujeres, son explotadas en el campo. El como viven me parece infrahumano, por no hablar de sus salarios que son raquíticos por grandes jornadas trabajadas.El articulo hace que te des cuenta o te mentalices de situaciones que pasan hoy en día y hay que revelarse contra estas situaciones y así poder intentar acabar con ellas. Cabe destacar el ingenioso título que proporciona la autora, da mucho que pensar ese juego de palabras. Alejandro Martínez Cantera
La autora nos ofrece una reflexión sobre la vida que pasan las jornaleras en el campo. Donde estas mujeres son sometidas a múltiples abusos, al miedo, a una explotación en este sector y además cuando tienen alguna visita, siempre tienen que estar calladas, ya que si hablan corren el riesgo de ser despedidas. Y a leer esto, veo la importancia de defender los derechos de las mujeres trabajadoras para que esto deje de ocurrir.
La manera en la que reflexiona la autora del artículo sobre la situación laboral que tienen las mujeres en esos ámbitos de trabajo es cuánto menos dura y real pues las mujeres y más de esas culturas no solo cargan con la responsabilidad de cuidar y criar a sus hijos sino también tienen que soportar las condiciones en las que trabajan para poder sacar adelante una familia que además de ser un trabajo duro no lo ponen fácil y no se pone en valor la mano de obra de las mujeres que trabajan allí.
La autora nos hace reflexionar sobre la vida de las jornaleras en la industria agrícola. Ellas no solo realizan su trabajo sino que también son explotadas a la vez que sufren abusos y son movidas por el miedo. Este artículo relata todo su sufrimiento, ya que algo tan básico como los riesgos laborales o las bajas que nos parece de tan fácil adquisición. ellas no podían obtenerlas. Debido a que, sus superiores lo único que les importaba era que realizaran su trabajo sin contar con su bienestar y su salud. A parte cuando tenía algún tipo de vista debían comportarse de cierta forma para que no las echaran, porque si decían o hacían algo serían despedidas de inmediato. Al leer este artículo, se ve lo importante y lo imprescindible que es defender los derechos de las trabajadoras, para que esto no siga ocurriendo en pleno siglo XXI.
La autora Carolina Martínez nos ofrece una visión de la sobreexplotación de los inmigrantes, en este caso, atendiendo a los relatos de mujeres marroquíes principalmente. Primeramente, describe las conductas a las que se ven sometidas estas mujeres, entre estas nos encontramos casos de abusos, miedo, explotación en el sector agrario, violencia, etc. A continuación, describe las condiciones que presentan las trabajadoras a la hora de su contratación, siendo sus viviendas chabolas con salud ausente y otras se encuentran de alquiler en pisos acondicionados. Asimismo, expone la violencia dado que si no realizaban su labor bien (entre otras situaciones) eran reprendidas con castigos severos desde retirada del sueldo hasta abusos. Finalmente, se recogen las situaciones de enfermedad, las cuáles son obviadas por las empresas y personas públicas. A modo de conclusión, es impactante que en pleno siglo XXI se sigan dando casos de sobreexplotación laboral y que no se apliquen las medidas necesarias para disminuir y posteriormente eliminar estas conductas. Finalmente, se debería ser más consciente de los Derechos Humanos y respetar las Leyes y Estatutos de trabajo para defender los derechos de cualquier trabajador, tanto hombres como mujeres.
Álvaro Martínez Sin duda es un relato dificil de leer, no porque utilice un lenguaje formal sino mas bien por lo que nos cuenta la autora. Nos cuenta una realidad que no vemos y que no nos enseñan en las escuelas y en los medios de comunicación no le dan la importancia que necesita. Ante esta situación debemos pensar el porqué se da y cómo hemos llegado a esto, puede ser porque la gente de este país ya no quiere realizar labores en el campo y tengan que buscar a gente de otros paises, pero eso no significa que se les tenga que tratar como escoria y no darles un trato digno, pues de ellos depende su negocio. Me hubiese gustado que se hubiese aportado un vídeo para ver las condiciones y cómo se trata a estas trabajadoras, ya no solamente para verificar los hechos sino para difundir el vídeo y que la gente vea la realidad, para que así más gente se enfrente a los que realizan estos desprecios y abusos tanto laborales como humanos.
Yuliana Sánchez Es una artículo bastante interesante, el ver como esta autora se interesa por el bienestar de las de mujeres y como reflexiona acerca de la cantidad de diferencias que pueden llegar a existir. Principalmente se centra en la explotación que existe hacia las jornaleras por parte de sus contratadores, dichos actos no solemos presenciarlos o no somos conscientes de ellos al no prestar la antención suficiente a estos casos. La autora abre los ojos a sus lectores para que pueden ver la realidad a la que se someten las jornaleras día a día, a las explotacines y alos abusos dados tal vez si motivo alguno , además se da incapie de como dichas jornaleras solo buscan salir adelante y trabajar para formarsr un futuro digno tanto como a ellas como a sus hijos. Es un artículo que nos fomenta un mensaje en el cual nos dice que debemos concienciarnos y velar más por los abusos realizados dia a día contra las mujeres en sus trabajos
Raquel Santos Castro Este relato refleja una cruel injusticia que sucede en nuestro país y de la que todos nosotros somos completamente ignorantes. Lo que tienen que vivir estas mujeres para realizar un trabajo que ayude a mantener a sus familias es indecente, abusivo, rozando casi, el sometimiento absoluto a la voluntad de los encargados, un sistema esclavista. No existen derechos ni libertades para estas trabajadoras. Viven en un silencio y temor permanente, sufren abusos machistas, no las protege ningún tipo de garantía laboral porque no tienen informes ni documentación sobre sus condiciones de vida y trabajo. La desprotección es absoluta, bajo un sistema de explotación laboral que impide a estas mujeres libertad, realización personal y seguridad. Y lo más doloroso es la falta de respuesta de las autoridades y poderes públicos que ignoran estas prácticas por parte de algunas empresas de la recogida de la fresa, y el desinterés de los organismos sindicales que parecen no tener sentimientos de piedad y responsabilidad ante una situación tan injusta y cruel que atenta claramente contra los derechos humanos.
Alba Martínez Avilés Gracias a que Carolina Martínez ha decidido hacer eco sobre esta situación que se conoce, pero que parece casi un tema tabú para la sociedad, hoy puedo decir que sé más sobre la gran injusticia que se comete sobre estas mujeres. Mujeres que dejan la poca seguridad que pudiesen tener en su país de origen para buscar una mejor vida para ellas y sus hijos, y lo único que obtienen es una explotación laboral y unas condiciones de vida pésimas. No se les ofrece ningún seguro y las personas que las tienen en esta posición no tienen la más mínima humanidad, como cuando fumigan con ellas allí sin darles la protección más básica o cuando no tienen pausas para ir al baño y tienen que hacer sus necesidades en la intemperie. Leer también que las organizaciones que tendrían que cuidarlas y asegurarse de que estén en unas condiciones de trabajo y de vida buenas y justas me desespera. Pensar que viven en un infierno y que las personas que pueden sacarlas de ahí miran hacia otro lado. Por esto, y por otras tantas situaciones similares que se viven alrededor de todo el planeta, es importante seguir luchando por unos derechos de las trabajadoras y los trabajadores más justos y que garanticen unas condiciones, en este caso, muy superiores.
Paula Martín Arias La autora muestra en el artículo hasta que punto puede llegar a ser la vida de unas jornaleras que están siendo explotadas laboralmente. Ellas siguen día tras día sin ningún tipo de reconocimiento por su labor y ninguna ayuda, como dice la autora, cuando tienen algún problema de salud o sencillamente cualquier problema. Gracias a personas como Carolina Martínez Moreno , que nos enseñan la vida y las condiciones en las q se encuentran dichas mujeres y lo difícil que es que se las escuché y se las vea .
El artículo de la autora Carolina Martínez Moreno nos muestra la dura realidad que viven las jornaleras en Huelva, especialmente de las mujeres migrantes. Es impactante leer cómo son explotadas, obligadas a vivir en condiciones muy difíciles y, en muchos casos, incluso sufren abusos. Muchas de ellas vienen de otros países con la esperanza de mejorar su vida y la de sus familias, pero terminan enfrentándose a situaciones injustas y crueles.
Es triste ver que, a pesar de los avances en los derechos laborales, estas situaciones siguen ocurriendo hoy en día. Muchas de estas mujeres no tienen acceso a derechos básicos como atención médica, condiciones de trabajo dignas o la posibilidad de defenderse sin miedo a ser despedidas. Además, el miedo y el silencio hacen que muchas no se atrevan a denunciar lo que sufren.
Este artículo me ha hecho reflexionar sobre la importancia de luchar por los derechos de las trabajadoras y de no cerrar los ojos ante estas injusticias. Es necesario apoyar iniciativas que protejan los derechos de los trabajadores y promover un trato justo y humano en todos los ámbitos laborales.
Nohaila Zeriouh El artículo de Carolina Martínez Moreno me impactó profundamente al revelar las inhumanas condiciones que enfrentan las jornaleras migrantes en Huelva. La explotación laboral, la discriminación y la violencia a las que son sometidas estas mujeres son desgarradoras. Lo que más me sorprendió fue cómo viven bajo un miedo constante a represalias, lo que las obliga a aceptar condiciones indignas sin poder defenderse. Además, la indiferencia de las autoridades y los sindicatos ante su situación es alarmante. A pesar de todo, el trabajo de organizaciones como Jornaleras de Huelva en Lucha me dio esperanza, mostrando que la solidaridad y el coraje de estas mujeres pueden generar un cambio. Este artículo me hizo reflexionar sobre la urgencia de visibilizar estas injusticias y luchar por los derechos de los trabajadores en sectores tan invisibilizados como la agricultura.
El artículo habla sobre un pequeño viaje que realizó un grupo de mujeres para ver cuál era la situación de las jornaleras autóctonas de los cultivos rojos de la provincia de onubense.
Observaron una clara discriminación a la hora de contratar a mujeres marroquíes, aprovechando, por ejemplo, su falta de experiencia, su desconocimiento del idioma y su docilidad, con el objetivo de pagar menos por sus servicios y poder retornarlas a su país de origen cuando fuese necesario.
También destacaron que se trataba de una situación de abuso, maltrato, desprotección y vulnerabilidad.
Las propias mujeres afirmaron que ellas fueron las que construyeron sus hogares y obtuvieron todo lo necesario para poder sobrevivir por cuenta propia. Sus jefes las cargaban importes que no sabían a qué se debían, ellas tenían que pagarse el transporte, las pruebas del covid, mascarillas...
Además, trabajaban en condiciones inaceptables: sin poder ir al baño, con ropa inadecuada según las temperaturas, recibiendo castigos cuando "no" alcanzaban el rendimiento esperado...
En cuanto a la prevención de riesgos y las medidas de protección, aunque las mujeres admitieron haber recibido avisos de los riesgos, la gente para la que trabajaban no les proporcionó ningún equipo de protección e incluso se llevaron a cabo acciones que podrían haber puesto en riesgo su salud.
Este es, sin duda, uno de los casos de explotación que, por desgracia, siguen sucediendo hoy en día en muchos países. Por ello, considero necesario alzar la voz sobre esto para que todo el mundo tenga derecho a un trabajo y condiciones dignas, en el que sea tomado en cuenta como persona y se vele por su seguridad y su salud.
Me parece muy triste , que en pleno siglo XXI , aún se den estas condiciones de trabajo hacia personas que no se pueden permitir dejar un trabajo que las pone en riesgo, y que peor aún, pase desapercibido no tanto por la ley, sino a nosotros como sociedad, me parece horrible.
No poder hacer tus necesidades, no tener ropa adecuada, ni salarios dignos , ni un trato justo, independientemente de tu origen , idioma, o cultura, es un acto de maltrato e incluso esclavitud, NO DEBEMOS permitir que estas personas se salgan con la suya y debemos alzar la voz por aquellas que no pueden.
El artículo destaca la discriminación sistémica que sufren las jornaleras marroquíes contratadas en origen. Estas mujeres, generalmente jóvenes, casadas y con cargas familiares, son seleccionadas bajo criterios que buscan garantizar su retorno al país de origen al finalizar la campaña agrícola. Además, enfrentan problemas como la falta de información sobre sus condiciones laborales, barreras idiomáticas y, en algunos casos, violencia machista por parte de sus parejasEl artículo también critica la falta de interés de las organizaciones sindicales mayoritarias en abordar la problemática de las jornaleras, debido a la baja afiliación de estas trabajadoras. No obstante, se resalta la labor de colectivos como "Jornaleras de Huelva en Lucha", que, a pesar de las adversidades, continúan luchando por mejorar las condiciones laborales en el sector de los frutos rojos.
Este artículo refleja que la situación de las jornaleras en Huelva es una situación cruel e injusta. No solo por la explotación laboral, también por la falta de empatía y responsabilidad de las autoridades y de las empresas. Muchas de estas mujeres se encuentran en condiciones de vulnerabilidad extrema, y por ello se ven forzadas a aceptar trabajos inestables en los que abusan de ellas, arrebatándoles sus derechos básicos como la salud, la seguridad o incluso su dignidad. A pesar de los esfuerzos de algunas de ellas, la falta de intervención por parte de los sindicatos y las instituciones públicas solo contribuye a mantener este ciclo de explotación.Es fundamental que esta injusticia se conozca y se haga algo para garantizar justicia social y laboral, ya que, al final del día, la dignidad de una persona y el respeto a los derechos de cada uno debería ser la base de cualquier sistema económico y social.
La forma que tiene la autora de reflexionar sobre la explotación de las mujeres en el campo nos hace ver el gran problema al que nos enfrentamos. Al no ser un problema que nos afecte directamente no solemos tenerlo en cuenta y no buscamos luchar contra este. Gracias a esta entrada del blog he podido informarme acerca del tema y estar mas concienciada de los problemas a los que se enfrentan estas trabajadoras.
ResponderEliminarLa forma que tiene la autora de reflexionar sobre la explotación de las mujeres en el campo nos hace ver el gran problema al que nos enfrentamos. Al no ser un problema que nos afecte directamente no solemos tenerlo en cuenta y no buscamos luchar contra este. Gracias a esta entrada del blog he podido informarme acerca del tema y estar más concienciada de los problemas a los que se enfrentan estas trabajadoras.
ResponderEliminarAdentrándome en el comentario del blog me ha dolido leer la realidad de muchas mujeres extranjeras de hoy en día . La sobreexplotación que sufren las mujeres en otros países al intentar solo buscarse una vida mejor es muy humillante , y por desgracia es un problema actual del día a día y que sigue vigente.Debemos de hacer justicia por todas aquellas personas que trabajan en negro y no son reconocidas dignamente por la sociedad.La sociedad en este sentido también es hipócrita porque dice que todos los trabajos son dignos y a la hora de la verdad , cierran los ojos ante situaciones tan denigrantes.
ResponderEliminarAl final estas personas son las que te ofrecen un plato de comida cuando a ellas muchas veces también les falta y porque nadie merece vivir trabajando como un esclavo en el siglo XXI.
Sinceramente, nunca me había percatado del nivel de explotación que puede haber en diversos trabajos, pero este artículo me ha hecho pensar el como las personas, en este caso las mujeres, son explotadas en el campo. El como viven me parece infrahumano, por no hablar de sus salarios que son raquíticos por grandes jornadas trabajadas.El articulo hace que te des cuenta o te mentalices de situaciones que pasan hoy en día y hay que revelarse contra estas situaciones y así poder intentar acabar con ellas. Cabe destacar el ingenioso título que proporciona la autora, da mucho que pensar ese juego de palabras.
ResponderEliminarAlejandro Martínez Cantera
Carlota Rodríguez Bernabé
ResponderEliminarLa autora nos ofrece una reflexión sobre la vida que pasan las jornaleras en el campo. Donde estas mujeres son sometidas a múltiples abusos, al miedo, a una explotación en este sector y además cuando tienen alguna visita, siempre tienen que estar calladas, ya que si hablan corren el riesgo de ser despedidas. Y a leer esto, veo la importancia de defender los derechos de las mujeres trabajadoras para que esto deje de ocurrir.
Adrián Álvarez Moreno
ResponderEliminarLa manera en la que reflexiona la autora del artículo sobre la situación laboral que tienen las mujeres en esos ámbitos de trabajo es cuánto menos dura y real pues las mujeres y más de esas culturas no solo cargan con la responsabilidad de cuidar y criar a sus hijos sino también tienen que soportar las condiciones en las que trabajan para poder sacar adelante una familia que además de ser un trabajo duro no lo ponen fácil y no se pone en valor la mano de obra de las mujeres que trabajan allí.
Soraya Moratilla Andaluz
ResponderEliminarLa autora nos hace reflexionar sobre la vida de las jornaleras en la industria agrícola. Ellas no solo realizan su trabajo sino que también son explotadas a la vez que sufren abusos y son movidas por el miedo.
Este artículo relata todo su sufrimiento, ya que algo tan básico como los riesgos laborales o las bajas que nos parece de tan fácil adquisición. ellas no podían obtenerlas.
Debido a que, sus superiores lo único que les importaba era que realizaran su trabajo sin contar con su bienestar y su salud. A parte cuando tenía algún tipo de vista debían comportarse de cierta forma para que no las echaran, porque si decían o hacían algo serían despedidas de inmediato.
Al leer este artículo, se ve lo importante y lo imprescindible que es defender los derechos de las trabajadoras, para que esto no siga ocurriendo en pleno siglo XXI.
Ainhoa Núñez Soria - 1º Educación Infantil
ResponderEliminarLa autora Carolina Martínez nos ofrece una visión de la sobreexplotación de los inmigrantes, en este caso, atendiendo a los relatos de mujeres marroquíes principalmente. Primeramente, describe las conductas a las que se ven sometidas estas mujeres, entre estas nos encontramos casos de abusos, miedo, explotación en el sector agrario, violencia, etc. A continuación, describe las condiciones que presentan las trabajadoras a la hora de su contratación, siendo sus viviendas chabolas con salud ausente y otras se encuentran de alquiler en pisos acondicionados. Asimismo, expone la violencia dado que si no realizaban su labor bien (entre otras situaciones) eran reprendidas con castigos severos desde retirada del sueldo hasta abusos. Finalmente, se recogen las situaciones de enfermedad, las cuáles son obviadas por las empresas y personas públicas.
A modo de conclusión, es impactante que en pleno siglo XXI se sigan dando casos de sobreexplotación laboral y que no se apliquen las medidas necesarias para disminuir y posteriormente eliminar estas conductas. Finalmente, se debería ser más consciente de los Derechos Humanos y respetar las Leyes y Estatutos de trabajo para defender los derechos de cualquier trabajador, tanto hombres como mujeres.
Álvaro Martínez
ResponderEliminarSin duda es un relato dificil de leer, no porque utilice un lenguaje formal sino mas bien por lo que nos cuenta la autora. Nos cuenta una realidad que no vemos y que no nos enseñan en las escuelas y en los medios de comunicación no le dan la importancia que necesita.
Ante esta situación debemos pensar el porqué se da y cómo hemos llegado a esto, puede ser porque la gente de este país ya no quiere realizar labores en el campo y tengan que buscar a gente de otros paises, pero eso no significa que se les tenga que tratar como escoria y no darles un trato digno, pues de ellos depende su negocio.
Me hubiese gustado que se hubiese aportado un vídeo para ver las condiciones y cómo se trata a estas trabajadoras, ya no solamente para verificar los hechos sino para difundir el vídeo y que la gente vea la realidad, para que así más gente se enfrente a los que realizan estos desprecios y abusos tanto laborales como humanos.
Yuliana Sánchez
ResponderEliminarEs una artículo bastante interesante, el ver como esta autora se interesa por el bienestar de las de mujeres y como reflexiona acerca de la cantidad de diferencias que pueden llegar a existir. Principalmente se centra en la explotación que existe hacia las jornaleras por parte de sus contratadores, dichos actos no solemos presenciarlos o no somos conscientes de ellos al no prestar la antención suficiente a estos casos. La autora abre los ojos a sus lectores para que pueden ver la realidad a la que se someten las jornaleras día a día, a las explotacines y alos abusos dados tal vez si motivo alguno , además se da incapie de como dichas jornaleras solo buscan salir adelante y trabajar para formarsr un futuro digno tanto como a ellas como a sus hijos. Es un artículo que nos fomenta un mensaje en el cual nos dice que debemos concienciarnos y velar más por los abusos realizados dia a día contra las mujeres en sus trabajos
Raquel Santos Castro
ResponderEliminarEste relato refleja una cruel injusticia que sucede en nuestro país y de la que todos nosotros somos completamente ignorantes. Lo que tienen que vivir estas mujeres para realizar un trabajo que ayude a mantener a sus familias es indecente, abusivo, rozando casi, el sometimiento absoluto a la voluntad de los encargados, un sistema esclavista. No existen derechos ni libertades para estas trabajadoras. Viven en un silencio y temor permanente, sufren abusos machistas, no las protege ningún tipo de garantía laboral porque no tienen informes ni documentación sobre sus condiciones de vida y trabajo. La desprotección es absoluta, bajo un sistema de explotación laboral que impide a estas mujeres libertad, realización personal y seguridad. Y lo más doloroso es la falta de respuesta de las autoridades y poderes públicos que ignoran estas prácticas por parte de algunas empresas de la recogida de la fresa, y el desinterés de los organismos sindicales que parecen no tener sentimientos de piedad y responsabilidad ante una situación tan injusta y cruel que atenta claramente contra los derechos humanos.
Alba Martínez Avilés
ResponderEliminarGracias a que Carolina Martínez ha decidido hacer eco sobre esta situación que se conoce, pero que parece casi un tema tabú para la sociedad, hoy puedo decir que sé más sobre la gran injusticia que se comete sobre estas mujeres. Mujeres que dejan la poca seguridad que pudiesen tener en su país de origen para buscar una mejor vida para ellas y sus hijos, y lo único que obtienen es una explotación laboral y unas condiciones de vida pésimas. No se les ofrece ningún seguro y las personas que las tienen en esta posición no tienen la más mínima humanidad, como cuando fumigan con ellas allí sin darles la protección más básica o cuando no tienen pausas para ir al baño y tienen que hacer sus necesidades en la intemperie.
Leer también que las organizaciones que tendrían que cuidarlas y asegurarse de que estén en unas condiciones de trabajo y de vida buenas y justas me desespera. Pensar que viven en un infierno y que las personas que pueden sacarlas de ahí miran hacia otro lado.
Por esto, y por otras tantas situaciones similares que se viven alrededor de todo el planeta, es importante seguir luchando por unos derechos de las trabajadoras y los trabajadores más justos y que garanticen unas condiciones, en este caso, muy superiores.
Paula Martín Arias
ResponderEliminarLa autora muestra en el artículo hasta que punto puede llegar a ser la vida de unas jornaleras que están siendo explotadas laboralmente. Ellas siguen día tras día sin ningún tipo de reconocimiento por su labor y ninguna ayuda, como dice la autora, cuando tienen algún problema de salud o sencillamente cualquier problema.
Gracias a personas como Carolina Martínez Moreno , que nos enseñan la vida y las condiciones en las q se encuentran dichas mujeres y lo difícil que es que se las escuché y se las vea .
El artículo de la autora Carolina Martínez Moreno nos muestra la dura realidad que viven las jornaleras en Huelva, especialmente de las mujeres migrantes. Es impactante leer cómo son explotadas, obligadas a vivir en condiciones muy difíciles y, en muchos casos, incluso sufren abusos. Muchas de ellas vienen de otros países con la esperanza de mejorar su vida y la de sus familias, pero terminan enfrentándose a situaciones injustas y crueles.
ResponderEliminarEs triste ver que, a pesar de los avances en los derechos laborales, estas situaciones siguen ocurriendo hoy en día. Muchas de estas mujeres no tienen acceso a derechos básicos como atención médica, condiciones de trabajo dignas o la posibilidad de defenderse sin miedo a ser despedidas. Además, el miedo y el silencio hacen que muchas no se atrevan a denunciar lo que sufren.
Este artículo me ha hecho reflexionar sobre la importancia de luchar por los derechos de las trabajadoras y de no cerrar los ojos ante estas injusticias. Es necesario apoyar iniciativas que protejan los derechos de los trabajadores y promover un trato justo y humano en todos los ámbitos laborales.
Nohaila Zeriouh
ResponderEliminarEl artículo de Carolina Martínez Moreno me impactó profundamente al revelar las inhumanas condiciones que enfrentan las jornaleras migrantes en Huelva. La explotación laboral, la discriminación y la violencia a las que son sometidas estas mujeres son desgarradoras. Lo que más me sorprendió fue cómo viven bajo un miedo constante a represalias, lo que las obliga a aceptar condiciones indignas sin poder defenderse. Además, la indiferencia de las autoridades y los sindicatos ante su situación es alarmante.
A pesar de todo, el trabajo de organizaciones como Jornaleras de Huelva en Lucha me dio esperanza, mostrando que la solidaridad y el coraje de estas mujeres pueden generar un cambio. Este artículo me hizo reflexionar sobre la urgencia de visibilizar estas injusticias y luchar por los derechos de los trabajadores en sectores tan invisibilizados como la agricultura.
Míriam Rocío García Valdivieso.
ResponderEliminarEl artículo habla sobre un pequeño viaje que realizó un grupo de mujeres para ver cuál era la situación de las jornaleras autóctonas de los cultivos rojos de la provincia de onubense.
Observaron una clara discriminación a la hora de contratar a mujeres marroquíes, aprovechando, por ejemplo, su falta de experiencia, su desconocimiento del idioma y su docilidad, con el objetivo de pagar menos por sus servicios y poder retornarlas a su país de origen cuando fuese necesario.
También destacaron que se trataba de una situación de abuso, maltrato, desprotección y vulnerabilidad.
Las propias mujeres afirmaron que ellas fueron las que construyeron sus hogares y obtuvieron todo lo necesario para poder sobrevivir por cuenta propia. Sus jefes las cargaban importes que no sabían a qué se debían, ellas tenían que pagarse el transporte, las pruebas del covid, mascarillas...
Además, trabajaban en condiciones inaceptables: sin poder ir al baño, con ropa inadecuada según las temperaturas, recibiendo castigos cuando "no" alcanzaban el rendimiento esperado...
En cuanto a la prevención de riesgos y las medidas de protección, aunque las mujeres admitieron haber recibido avisos de los riesgos, la gente para la que trabajaban no les proporcionó ningún equipo de protección e incluso se llevaron a cabo acciones que podrían haber puesto en riesgo su salud.
Este es, sin duda, uno de los casos de explotación que, por desgracia, siguen sucediendo hoy en día en muchos países. Por ello, considero necesario alzar la voz sobre esto para que todo el mundo tenga derecho a un trabajo y condiciones dignas, en el que sea tomado en cuenta como persona y se vele por su seguridad y su salud.
LILIANA GARCIA MORA
ResponderEliminarMe parece muy triste , que en pleno siglo XXI , aún se den estas condiciones de trabajo hacia personas que no se pueden permitir dejar un trabajo que las pone en riesgo, y que peor aún, pase desapercibido no tanto por la ley, sino a nosotros como sociedad, me parece horrible.
No poder hacer tus necesidades, no tener ropa adecuada, ni salarios dignos , ni un trato justo, independientemente de tu origen , idioma, o cultura, es un acto de maltrato e incluso esclavitud, NO DEBEMOS permitir que estas personas se salgan con la suya y debemos alzar la voz por aquellas que no pueden.
Keren Meza 1 De educación infantil
ResponderEliminarEl artículo destaca la discriminación sistémica que sufren las jornaleras marroquíes contratadas en origen. Estas mujeres, generalmente jóvenes, casadas y con cargas familiares, son seleccionadas bajo criterios que buscan garantizar su retorno al país de origen al finalizar la campaña agrícola. Además, enfrentan problemas como la falta de información sobre sus condiciones laborales, barreras idiomáticas y, en algunos casos, violencia machista por parte de sus parejasEl artículo también critica la falta de interés de las organizaciones sindicales mayoritarias en abordar la problemática de las jornaleras, debido a la baja afiliación de estas trabajadoras. No obstante, se resalta la labor de colectivos como "Jornaleras de Huelva en Lucha", que, a pesar de las adversidades, continúan luchando por mejorar las condiciones laborales en el sector de los frutos rojos.
Este artículo refleja que la situación de las jornaleras en Huelva es una situación cruel e injusta. No solo por la explotación laboral, también por la falta de empatía y responsabilidad de las autoridades y de las empresas. Muchas de estas mujeres se encuentran en condiciones de vulnerabilidad extrema, y por ello se ven forzadas a aceptar trabajos inestables en los que abusan de ellas, arrebatándoles sus derechos básicos como la salud, la seguridad o incluso su dignidad. A pesar de los esfuerzos de algunas de ellas, la falta de intervención por parte de los sindicatos y las instituciones públicas solo contribuye a mantener este ciclo de explotación.Es fundamental que esta injusticia se conozca y se haga algo para garantizar justicia social y laboral, ya que, al final del día, la dignidad de una persona y el respeto a los derechos de cada uno debería ser la base de cualquier sistema económico y social.
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